jueves, 16 de marzo de 2017

16 de marzo. Nace César Vallejo. Dulzura a gajos. / Felipe Oliva Alicea: Aún aturdido por las emociones experimentadas. / Hoy, jueves 16 de marzo: Gran acto de homenaje a César Vallejo. Av. Cuba, 301. Jesús María.

 
 
 
 
 



CAPULÍ, VALLEJO Y SU TIERRA
Construcción y forja de la utopía andina
 
2017 AÑO
DE LA IDENTIDAD Y DEL PATRIMONIO
INALIENABLE DE NUESTROS PUEBLOS
 
MARZO, MES DEL AGUA, DE LA MUJER,
LA POESÍA, EL TEATRO Y EL NACIMIENTO
DEL POETA UNIVERSAL CÉSAR VALLEJO
 
CAPULÍ ES
PODER CHUCO
 
SANTIAGO DE CHUCO
CAPITAL DE LA POESÍA
Y LA CONCIENCIA SOCIAL
 
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AÚN ATURDIDO POR LAS EMOCIONES EXPERIMENTADAS
ANTE TANTA DIVINIDAD ESPIRITUAL Y PAISAJÍSTICA QUE
ME FUE CONCEDIDA EN CAPULÍ, VALLEJO Y SU TIERRA
Estimados Vallejianos,
Desde el corazón de mis entrañas lanzo estas palabras para felicitarlos en esta nueva jornada de Capulí, Vallejo y su Tierra, en honor al César Supremo de la Tierra Andina.
Terráqueo, solidario, urgido de volver a abrazarlos, me adhiero plenamente en la distancia a este evento que tanta luz y tanto amor me posibilitó en otro mayo peruano.
Solo quiero, a través de las venas de la hermandad, que alguien, cualquiera de los aldeanos a los que me acerqué para que quedara constancia de mi presencia en el pequeño, hermosísimo e inmenso Santiago de Chuco, que pueda leer o decir esto:
Que yo postro mi pensamiento y mi humilde quehacer creativo al pie de la gran MASA viviente y poética que representa tan magno acontecimiento para los seguidores del amor entre los pueblos.
Que, en cualquier minuto y lugar de la celebración en honor al bardo universal, sepan que, desde aquí, a no sé cuántos mares, vientos y soles de ustedes, hay un cubano, que aún aturdido por las emociones experimentadas ante tanta divinidad espiritual y paisajística, que me fue concedida en Capulí, Vallejo y su Tierra Natal, piensa y siente con emoción profunda en todos ustedes.
Con mis abrazos fraternos,
FELIPE J. OLIVA ALICEA
La Habana, Cuba
 
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PRÓXIMA ACTIVIDAD,
HOY
 
AULA MAGNA
TELÚRICA Y MAGNÉTICA
 
CAPULÍ, VALLEJO Y SU TIERRA
Y CENTRO CULTURAL CÉSAR VALLEJO
DE LA UNIVERSIDAD ALAS PERUANAS
 
JUEVES 16 DE MARZO
AÑO 2017. 6:30 PM.
 
PROGRAMA
 
1. INICIO
 
CONDUCCIÓN GENERAL
JUVENAL SÁNCHEZ LIHÓN
 
PALABRAS DE APERTURA
DANILO SÁNCHEZ LIHÓN
 
PALABRAS
DE SALUDO Y BIENVENIDA
OSWALDO VÁSQUEZ CERNA
 
2. TELÚRICA
 
EVOCACIÓN
DE SANTIAGO DE CHUCO
WALTER VÁSQUEZ VEJARANO
 
3. MAGNÉTICA
 
NACE CÉSAR VALLEJO
EN SANTIAGO DE CHUCO
CARLOS CASTILLO MENDOZA
 
ITINERARIO DE UN VALLEJISTA
PEREGRINO
ANTONIO GONZÁLEZ MONTES
 
4. ÁGAPE CAPULÍ
 
CUMPLEAÑOS DE MARZO
CÉSAR VALLEJO MENDOZA. DÍA 16
ÁUREO SOTELO HUERTA. DÍA 11
MANUEL RUIZ PAREDES. DÍA 17
 
CENTRO CULTURAL CÉSAR VALLEJO
DE LA UNIVERSIDAD ALAS PERUANAS
AV. CUBA 300. JESÚS MARÍA
 
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16 DE MARZO, 1892
 
 
NACE
CÉSAR
VALLEJO
 
 
FOLIOS
DE LA
UTOPÍA
 
DULZURA
A
GAJOS
 
 
Danilo Sánchez Lihón
 
 
A la tarde de lluvia
cuando el alma
ha roto su puñal en retirada.
César Vallejo
 
Nosotros los chucos, a César Vallejo lo conocemos bien, perdonen el orgullo, porque somos parte de aquella cultura azorada, pueblerina e íntima. Y somos, lo podríamos decir así, "de casa", o "de familia". Es por eso que a él no lo sentimos distante, ni inasequible en sus sentimientos como en su manera de pensar, sino como un familiar nuestro, con quien nos abrazamos e intuimos lo que pasa por debajo de cada una de sus expresiones y gestos.
Compartimos silencios, escondrijos y rincones del alma; que lo hemos saboreado en el dulzor y el aroma de la leche materna, en el arrullo primerizo de las nanas y en la calma de las horas, sea de día o de noche; en las presencias y ausencias que pueblan las casas del pueblo, como en el habla y en el ser de la gente que transita por la calle, que nos abren y prodigan otras tantas posadas donde habitar y afirmar esperanzas.
 
1. Ternura
andina
 
Así, revisando unos archivos míos de hace muchos años, encontré varias cartas remitidas por mis hermanos desde Santiago de Chuco, pueblo donde nací, me crie y de donde salí a la edad de 16 años para estudiar Literaturas Hispánicas y también Educación en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos.
 Al releerlas, me he quedado sorprendido: ¡qué emociones tan sentidas trasuntan en sus cartas las palabras! ¡Qué candoroso el acento y qué a flor de piel la cordialidad de las expresiones! ¡Cómo nacía y se abría tan natural el afecto, la ternura y el cariño!
 Y es seguro que ¡yo también era así, sin darme cuenta! Y mi pregunta, ante esas misivas entrañables de aquellos tiempos, ha sido: ¿Qué nos pasó? ¿Qué nos hizo cambiar tanto? ¿Por qué nos hemos endurecido?
Pero, tratando de no perder lo mejor, y reencontrar el arroyo y la fuente: ¿De dónde nos venía y cómo asomaba ese venero de pureza, ingenuidad y estremecimiento?
 Luego, revisando varias cartas de César Vallejo a sus hermanos, compruebo que la emoción en él es igual, es el mismo el cariño y el apego. Es idéntico el afecto, en lo pleno, sincero e inocente; como cuando Vallejo les dice a Víctor Clemente y a Manuel Natividad: "Hermanito amado". O bien: "Manuelito de mi corazón".
 
2. Igual
el alma
 
 ¡Igual  escribían mis seres queridos! ¡Y, yo mismo! Y entonces se me ha hecho evidente una realidad que quiero compartir, cual es: la ternura inmersa en el ser de las personas de nuestros pueblos de origen, de aquellos lares recónditos y de nuestras casas nativas.
 Y esto, ¿para qué? Para que rescatemos dicha ternura, para defenderla con vigor. ¡A fin de que no se nos pierda! ¡Para que actuemos con ella de la mano y más frecuentemente en la vida cotidiana! ¡Para que no nos amilanemos de tenerla en el alma!
 Y, los que aún no la han perdido ni dejado volar desde su alero a esa avecilla, para que la llamen, la acunen y aniden con denuedo, como un don precioso, ya raro en nuestras vidas oscurecidas; para que cobijen a esta huidiza, delicada y temblorosa doncella. A esta virtud suprema venida para alentarnos en nuestras vidas heridas: ¡la candorosa ternura!
 De este modo, por ejemplo, le escribe César Vallejo a su hermano Manuel Natividad, el 2 de diciembre de 1918:
 "He tenido al fin la alegría de recibir cartita tuya, después de las numerosas cartas que yo te he escrito desde marzo de 1917 en que me alejé de ustedes. He gozado y he llorado al leer tus tiernas, conmovedoras y tristes letras. He gozado dolorosamente, horriblemente. Cuánto recuerdo y cuanta felicidad que se ha ido para siempre. ¡Oh Manuelito de mi corazón! ¡A qué me sabía un destino tan negro, lejos para siempre jamás de nuestra madrecita del alma! Oh, queridísimo hermanito".
 
3. Es humilde
y desasido
 
¡Cómo abundan las expresiones entrañables! ¡Cómo se sumerge el alma en esa fuente arrobada! ¡Cómo se rizan los diminutivos para extraer su dulzura suprema! ¡Cómo rebosa y colma, estalla e inunda la adhesión y el apego!
 Considerando que Manuel Natividad, en la circunstancia que estamos citando, tenía ya 38 años. Y, sin embargo, pareciera que es a un niño a quien se le habla y escribe. ¡Que es entre niños que están llorando juntos! Y esa es la otra clave: ¡el no perder nuestro ser niños! ¡Porque entre ellos es aún mucho más el estremecimiento y el temblor!
 Pero lo que nos asombra, produce pasmo y turbación es de ¡quién remite la epístola!, que en este caso no es otro que el poeta universal César Vallejo, que por ser así es el poeta cimero que es. Y quien tenía en aquel entonces 26 años, y que por los méritos ya alcanzados bien podría haberse convertido en áulico, y como tal en un ser vanidoso, arrogante y despectivo.
 Porque, para esa fecha él era un autor ya reconocido en el parnaso literario del país, quien por sus poemas publicados en periódicos y revistas había merecido elogios de personalidades refulgentes de la escena cultural, tales como Abraham Valdelomar, Antenor Orrego y Percy Gibson. Y de artistas e intelectuales del mayor prestigio y reputación en el Perú de ese entonces, ¡y de ahora!, como Manuel González Prada, José María Eguren y José Carlos Mariátegui.
 
4. Que viva
por siempre
 
 Sin embargo, acaso, ¿es soberbio? Siquiera por asomo, ¿se muestra petulante y ufano? ¡No! Al contrario: es humilde y desasido. ¡Y qué hermoso es el tono, la quejumbre y la actitud con que se rinde a sus exaltaciones!
 Y en el caso, motivo de este comentario, ante su hermano mayor Manuel Natividad, que en aquel entonces era chacarero, agricultor, es decir un sencillo labriego o campesino a quien un señorito podría desestimar, puesto que vivía en la rusticidad del campo, entre la gleba, la ordinariez y la floresta, el poeta es sumiso y fiel.
 Siendo César Vallejo en cambio un intelectual brillante y un profesional ya graduado con los más altos honores en la entonces llamada Universidad de la Libertad, ahora Universidad Nacional de Trujillo. La nota que obtuvo en la sustentación de su tesis "El romanticismo en la literatura castellana" fue de sobresaliente, mereciendo la nominación de cum lauden.
 Pero, ¿tiene acaso asomo o pose de cortesano, aristócrata o palaciego? ¿Le invade la jactancia y la altanería del académico encumbrado? No, no la tiene en absoluto. No, no lo mancha ni una pizca de ello.
 La ternura de César Vallejo ¡es legítima, natural y auténtica ternura andina!, porque es afecto pegado a la cuna, a la leña y al humo de la cocina. ¡A la arcilla que nos conforma, a la piedra tutelar de la puerta, o a la grada de la escalera que nos cobija, y que ahora nos consuela en la añoranza de nuestra casa de infancia y de nuestro origen andino!
 
5. ¡Oh Manuelito
mío!
 
Ternura que es un bien y un tesoro lamentablemente perdido o, por lo menos, amenazado de extinción. Del cual se hace incluso escarnio, burla y mofa. ¡Hagamos que viva por siempre y para siempre, con César Vallejo como portaestandarte! ¡Y que no muera nunca! Ni falte jamás en nuestras vidas.
 Ternura que no sé cómo nace, brota y se expande de manera tan natural en nuestro pueblo. Que no atino tampoco a saber cómo explicarla. Pero que se da, subsiste y es poderosa. Pero que también es frágil y fácilmente herible.  Que con frecuencia se agazapa y desaparece. Que se mimetiza con la tierra, pero que late en la hilacha de la frazada pobre, en el poncho y rebozo de padre y madre humildes pero mirándonos absortos desde lejos que aún en el recuerdo nos abrigan, protegen y cobijan.
 Aunque ellos hayan muerto hace años y solo hace mucho tiempo su recuerdo perviva tembloroso, como es la ternura misma. Ternura que es una especie de queja, de renuncia, de tristeza, pero que tenemos que hacerla poderosa en cuanto aliento para nuestras vidas. ¡Y de digna alegría!
También, ¡hay que reconocerlo!, de vergüenza de que alguien descubra la sed y hambre de amor que nos aqueja. En aquel mundo de nuestro origen que cada vez queda más y más confinado, escondido y al punto de desaparecer. Por eso, ¡esta alerta y esta apelación a guardar una consigna, cuál es: ¡Defenderla!
 
6. El bien
de sér
 
Ternura que se oculta y esconde en todo adiós, en el irse lejos, en toda despedida; que se asocia mucho al rubor, al callar, al no querer dejarnos notar; y hasta nos turba ser presencia que aparece. Ternura que es ocultar muy al fondo de nuestras penas, desengaños y congojas.
 Tanto es así que pienso: ¿cuánto de más habrá sido el dolor de César Vallejo? ¡En aquel ser tan silencioso y digno! ¡Cuánto de más grave, hondo y atroz habrá sido su desolación; y que por ese recato de la ternura andina no lo dejara transparentar!
 Cuánto más grande que aquel acervo dolor, como cuando dice:
 I, desgraciadamente,
 el dolor crece en el mundo a cada rato,
 crece a treinta minutos por segundo, paso a paso,
 y la naturaleza del dolor, es el dolor dos veces
 y la condición del martirio, carnívora, voraz,
 es el dolor dos veces
 y la función de la yerba purísima, el dolor
 dos veces
 y el bien de sér, dolernos doblemente.
 Jamás, hombres humanos,
 hubo tánto dolor en el pecho, en la solapa, en la cartera,
 en el vaso, en la carnicería, en la aritmética!
 
7. Flor
eterna
 
Y prosigue:
Jamás tánto cariño doloroso,
 jamás tan cerca arremetió lo lejos,
 jamás el fuego nunca
 jugó mejor su rol de frío muerto!
 Jamás, señor ministro de salud, fue la salud
 más mortal
 y la migraña extrajo tánta frente de la frente!
 Y el mueble tuvo en su cajón, dolor,
 el corazón, en su cajón, dolor,
 la lagartija, en su cajón, dolor.
 Por eso, ¡cuánto más de inmenso habrá sido su desgarramiento interior! Ya que, por rubor, no pudiera confesarlo. ¡Y no lo dijo totalmente!, por ese comedimiento, cautela y esa dulce timidez que habita en los andinos! ¡Porque Vallejo también en su sufrimiento fue muy del mundo chuco, muy serrano y muy hermano de todos nosotros!
 ¡Y, a su vez, cuán inmensa y dilatada ha debido ser su devoción y consubstanciación con el hombre leño, barro o piedra, para poder hallar el equilibrio a esa índole implacable e insufrible del dolor!
 Esta dimensión lo hace tan hondo y tan vasto a tal punto de sentir que es él alguien que puede ya proteger, amparar y defender, erigiéndose como una roca donde la ternura es ya una flor eterna.
 
 
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CONVOCATORIA
 
XVIII ENCUENTRO INTERNACIONAL
CAPULÍ, VALLEJO Y SU TIERRA
 
TELÚRICA DE MAYO, 2017
 
LIMA:
 LUNES 22
 
TRUJILLO:
 MARTES 23
 
GUADALUPE
MIÉRCOLES 24
 
CHEPÉN
MIÉRCOLES 24
 
OTUZCO
 JUEVES 25
 
HUAMACHUCO
 JUEVES 25
 
SANTIAGO DE CHUCO:
 VIERNES 26
 SÁBADO 27
 
CACHICADÁN
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ANGASMARCA
DOMINGO 28
 
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 DE MAYO DEL AÑO 2017
 
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